Esta es una de las fases más complejas y controvertidas del
Plan de Marketing, pero sin objetivos no sabremos a dónde queremos llegar ni de
qué forma. Sin objetivos, no tendremos un Plan de Marketing, sino un conjunto
de datos e ideas inconexas.
Los objetivos de Marketing se supeditarán siempre a los
objetivos generales y estrategias corporativas, y deben ser compatibles entre
sí. Normalmente, un objetivo señala una sola tarea pero si formulamos más de un
objetivo hay que tener cuidado de que no sean incompatibles entre sí.
Las características que deben reunir los objetivos de
marketing son:
- Adecuados a los fines generales de la empresa para ayudar a que ésta avance hacia ellos.
- Medibles en cuanto a tiempo y resultado. Tiene que quedar claro qué se quiere lograr y cuándo.
- Viables y, por tanto, alcanzables. Deben estar formulados con realismo y sentido práctico, aunque no sean fáciles de alcanzar y exijan un esfuerzo considerable.
- Consensuados y aceptados por los demás miembros de la organización.
- Flexibles y abiertos a posibles imprevistos o de cambios del entorno.
- Motivadores para quienes trabajan para alcanzarlos. Si son demasiado fáciles o demasiado difíciles favorecerán la desmotivación, en cambio, si son difíciles pero alcanzables y definidos con precisión, estimularán a quienes tienen que lograrlos.
- Comprensibles para que todos los puedan entender.
- Coherentes con los objetivos generales de la empresa.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que los objetivos deben
fijarse tanto desde el punto de vista cuantitativo como cualitativo:
- Cuantitativos pueden ser de cuota de mercado, de rentabilidad, de penetración, ventas, margen de contribución, rotación de inventario, etc.
- Cualitativos pueden ser de imagen, notoriedad, posicionamiento en el mercado, fidelización, etc.
Bibliografía:
Políticas de Marketing. MEC.
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