domingo, 1 de septiembre de 2019

Método SMART para fijación de objetivos


En la entrada anterior vimos cómo establecer los objetivos y qué características debían de tener. Ahora hablaremos sobre una herramienta que nos ayudará a definirlos adecuadamente.

La clave para alcanzar los objetivos es definirlos correctamente y redactarlos de forma clara, concisa y concreta. Para formularlos podemos utilizar una metodología que nos garantice la máxima probabilidad de éxito,  como es la herramienta conocida como método SMART.

SMART es el acrónimo en inglés delas palabras:

S – Specific – Específico

M – Measurable – Medible

A – Attainable – Alcanzable

R – Relevant – Relevante

T – Timely – Temporal



¿Cómo usaremos el método SMART?

S – Específico. ¿Qué quieres conseguir? Cuanto más específico sea el objetivo, más fácil será alcanzarlo. Esta es una de las partes más difíciles porque hay que tener muy claro qué se quiere conseguir.

M – Medible. ¿Cómo puedes medir su eficiencia? Lo que no medimos no podemos mejorarlo, por eso el objetivo tiene que ser medible, para poder monitorizar y analizar su evolución y tomar medidas al respecto.

A – Alcanzable. ¿Es realista y posible? Un objetivo ha de ser ambicioso pero realista,  es decir, que se puedan realizar acciones que permitan alcanzarlo.

R – Relevante. ¿Por qué es importante para la empresa conseguirlo? Ha de acercar a la empresa a su misión y visión. Los esfuerzos y recursos empleados deben dirigirse siempre hacia el objetivo final de la empresa.

T- Temporal. ¿Cuánto tiempo tienes para conseguirlo? Se debe fijar siempre un periodo concreto para su consecución, de lo contrario las acciones para lograrlo se irán aplazando y no llegaremos a conseguirlo nunca.

Esta metodología puede utilizarse también para fijarse objetivos personales. Ahora que ya sabéis cómo fijar un objetivo, ¿por qué no definís los objetivos que queréis conseguir de aquí a un año?

Webgrafía:
www.anatrenza.com

Imagen atribuida a:
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Establecimiento de los objetivos de Marketing


Esta es una de las fases más complejas y controvertidas del Plan de Marketing, pero sin objetivos no sabremos a dónde queremos llegar ni de qué forma. Sin objetivos, no tendremos un Plan de Marketing, sino un conjunto de datos e ideas inconexas.

Los objetivos de Marketing se supeditarán siempre a los objetivos generales y estrategias corporativas, y deben ser compatibles entre sí. Normalmente, un objetivo señala una sola tarea pero si formulamos más de un objetivo hay que tener cuidado de que no sean incompatibles entre sí.

Las características que deben reunir los objetivos de marketing son:

  • Adecuados a los fines generales de la empresa para ayudar a que ésta avance hacia ellos.
  • Medibles en cuanto a tiempo y resultado. Tiene que quedar claro qué se quiere lograr y cuándo.
  • Viables y, por tanto, alcanzables. Deben estar formulados con realismo y sentido práctico, aunque no sean fáciles de alcanzar y exijan un esfuerzo considerable.
  • Consensuados y aceptados por los demás miembros de la organización.
  • Flexibles y abiertos a posibles imprevistos o de cambios del entorno.
  • Motivadores para quienes trabajan para alcanzarlos. Si son demasiado fáciles o demasiado difíciles favorecerán la desmotivación, en cambio, si son difíciles pero alcanzables y definidos con precisión, estimularán a quienes tienen que lograrlos.
  • Comprensibles para que todos los puedan entender.
  • Coherentes con los objetivos generales de la empresa.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que los objetivos deben fijarse tanto desde el punto de vista cuantitativo como cualitativo:

  • Cuantitativos pueden ser de cuota de mercado, de rentabilidad, de penetración, ventas, margen de contribución, rotación de inventario, etc.
  • Cualitativos pueden ser de imagen, notoriedad, posicionamiento en el mercado, fidelización, etc.


Bibliografía:
Políticas de Marketing. MEC.